¿Alguna vez has sentido que alguien te mira con envidia o con mala intención? ¿Has notado que después de esa mirada tu energía baja o te ocurren cosas negativas? Si es así, puede que hayas sido víctima del mal de ojo, una fuerza negativa muy potente que puede afectar tu bienestar y tu prosperidad.
El mal de ojo es un concepto que existe en muchas culturas y tradiciones, pero que tiene un significado especial en la kabbalah, la sabiduría esotérica del judaísmo. En hebreo, el mal de ojo se llama ayin ha’ra, y se refiere a la capacidad de causar daño con una mirada. Según la kabbalah, el mal de ojo proviene de la envidia, el egoísmo y el juicio hacia los demás, y puede generar bloqueos, obstáculos y sufrimiento en la vida de quien lo recibe.
Los kabbalistas enseñan que los ojos son la ventana del alma; de todos los orificios del cuerpo, los ojos contienen la conexión más directa con nuestra esencia pura y divina. Por lo tanto, los ojos son el portal a través del cual podemos crear y extraer la mayor Luz o la mayor oscuridad. La decisión es nuestra. Hay muchas capas y matices sobre la conciencia del mal de ojo; no está representada por un único pensamiento o sentimiento. La forma más extrema del mal de ojo es el odio, que suele caracterizarse como la pérdida total de la dignidad humana. Cuando alguien mira a una persona con odio en su corazón, está llena de mal de ojo e indistintamente de sí, su odio es expresado en palabras o acciones, esa fuerza del mal de ojo tiene el poder de penetrar el escudo espiritual de la persona por quien alberga animosidad.
A través de los ojos, la luz de nuestra alma brilla hacia el mundo exterior, y a su vez, los ojos son una puerta de entrada para que la energía del mundo externo penetre en nuestra alma. Cuando alguien te mira, su energía y su intención se transmiten a través de sus ojos y pueden afectar la energía de tu alma. El mal de ojo se refiere a la creencia de que una mirada cargada de envidia, celos, resentimiento o mala intención puede causar daño a la persona que está siendo mirada. La energía negativa de la mirada puede bloquear o disminuir el flujo de la energía vital en el cuerpo, lo que puede provocar cansancio, dolores de cabeza, ansiedad, tristeza, enfermedad y otros síntomas.
En la kabbalah, se considera que la envidia es una de las fuerzas más destructivas que existen.
Cuando alguien siente envidia por otra persona, su energía se enfoca en lo que el otro tiene y en lo que ellos mismos no tienen. Este enfoque en la carencia y la falta de gratitud por lo que uno tiene, atrae la energía negativa y bloquea el flujo de energía positiva.
¿Cómo podemos protegernos del mal de ojo?
En la kabbalah, la herramienta más poderosa para la protección contra el mal de ojo es la consciencia. Al ser conscientes de nuestros propios pensamientos y energía, podemos identificar y bloquear la energía negativa que proviene de otros. Al estar en sintonía con nuestra propia energía, podemos ser más conscientes de cómo la energía de los demás nos afecta.
Además, la kabbalah nos ofrece varias herramientas para evitar y neutralizar esta energía negativa. Una que es la que podemos denominar como LA MÁS PODEROSA, es el HILO ROJO.
Desde tiempos inmemoriales es sabido el poder del hilo rojo. Esta herramienta también pertenece a la sabiduría Kabbalística y tiene una función sumamente importante para permitir que las personas vivan de manera correcta y con un nivel energético más estable. Entre sus múltiples virtudes, destaca el campo energético que genera para atraer toda la fuerza que se genera frente al MAL DE OJO, LAS ENVIDIAS, LOS CELOS, MALDICIONES y aquellas emociones negativas que terceros pueden tener hacia nosotros.
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