Según las enseñanzas de la KABBALAH, este DOMINGO 24 DE SEPTIEMBRE DE 2023 se conecta con la energía de Yom Kipur, un día en que se nos ofrece la oportunidad de corregir nuestras faltas y elevarnos más allá del mundo físico. Cualquier energía negativa que hayamos creado mediante nuestras acciones puede purificarse energéticamente cuando nos conectamos con la Luz de Biná (La Madre Cósmica), una fuerza tan poderosa que también nos envuelve en alegría y bendiciones para el año entrante. Yom Kipur es un día completamente separado de este mundo físico; no está definido por quiénes somos el día de hoy sino por quiénes seremos al Final de la Corrección.
Yom Kipur es un día en el que enfrentamos la oscuridad interna y examinamos todas nuestras acciones y hábitos negativos.
Al tomar en consideración cada vez que le hemos hecho daño a alguien, cada trasgresión, cada acto egoísta (ya sea intencional o involuntario) nos abrimos hacia las bendiciones. Si no reflexionamos sobre nuestras conductas negativas, no podemos transformarnos.
Yom Kipur es nuestra oportunidad de expandir nuestra consciencia y tomar la suficiente Luz para este nuevo ciclo ya que cada año en estas fechas se conecta con la misma energía. El tamaño de nuestra “vasija” en Yom Kipur determina cuánta Luz será capaz de entrar. ¿Y cómo expandemos nuestra vasija para tomar la mayor cantidad de Luz posible? A través del acto de limpieza.
Esta poderosa limpieza espiritual la podemos llevar a cabo en este día a través del PERDÓN y de un estudio intensivo de nosotros mismos. Intentar a medias no puede limpiarnos. Sólo después de erradicar completamente el deseo de recibir para sí mismos (sumergirnos completamente en la Luz), podemos ser limpiados y estar listos para la Luz. El Zóhar dice que esas acciones negativas que recordamos serán olvidadas en Yom Kipur y aquellas que olvidamos serán recordadas. Nos conviene mucho recordar y deshacernos de cada uno de los aspectos de nosotros mismos que queremos cambiar.
La petición del perdón es quizá la costumbre más conocida y popular de este día. Perdón por haber hecho daño, perdón por haber molestado, perdón por haber insultado. El perdón pasó a ser una escoba mágica que mete todos sentimientos de culpa bajo la alfombra. Pero confesemos la verdad, un día o dos (en el mejor de los casos) después de haber recibido la autorización moral de nuestros actos, el “polvo de pecados” volverá a flotar libremente al aire libre. Entonces, ¿qué sentido tiene, a pesar de todo, pedir perdón?
La sabiduría de la Kabbalah explica que “perdón” no es un simple pedido que se hace de la boca hacia afuera, sino una fase especial, un ESTADO DE CONSCIENCIA en la que el hombre comienza a comprender que en el mundo espiritual existe una fuerza que une todas las almas en una unidad única y maravillosa. Esta inmensa distancia que el hombre descubre entre él y esta fuerza que prevalece entre las almas, la fuerza de amor y unión, lleva al hombre a hacer un profundo examen interno. Éste ve que él mismo actúa a través de motivaciones egoístas de explotar y aprovechar al prójimo para su propio beneficio y que no puede hacer nada para cambiar esta situación. Entonces, irrumpe desde su interior el perdón, como un grito de las profundidades, como una petición de un cambio interno, como una plegaria que tiene el poder de transformar tu vida para siempre.