Hay varios temas a repasar brevemente para entender por qué el pasado nos bloquea, o mejor dicho por qué DECIDIMOS que el pasado nos bloqueé.

El primer punto es que somos seres de energía. Einstein propuso con su famosa fórmula de la relatividad “e= mc2”, que la masa y la materia son manifestaciones de lo mismo, por lo que expresado de manera simple, todo lo que vemos y podemos tocar, inclusive nuestro propio cuerpo es también una manifestación de energía bajo ciertas condiciones.

La profecía Celestina de James Readfield, marca para algunos estudiosos el inició de la filosofía new age ó nueva era que es simplemente una apertura de consciencia sin un líder, sin una estructura organizativa, sin un edificio, líder o sede rompiendo los paradigmas ancestrales de la creencia del ser humano y su forma de relación a lo superior.

Deepak Chopra revoluciona el concepto de consciencia del ser humano al dar bases para platear que el cerebro no es el único órgano que guarda memoria, si no que todas las células del cuerpo realizan grabación energética de lo que ocurre emocionalmente en nuestra vida desde el momento mismo de la concepción; prueba de ello lo confirman especialistas que realizan sesiones de regresión, que es una forma de relajación semi-conciente y dirigidos por el terapeuta “regresan” a la persona a recordar, sentir y percibir etapas de su vida inclusive dentro del vientre materno; en este proceso personas no venidas al mundo no planeadas, ó que tuvieron intentos de aborto, guardan en sus células esa información de rechazo, de falta de aceptación, que llevan en sus vidas y manifiestan como problemas de relacionarse con su progenitora ó en general con demás personas esto puede suceder por años e inclusive toda su vida, mientras que no sea sanado esto.

La Ley de Atracción, dice que nuestros deseos y pensamientos son frecuencia vibracional que se conecta al Universo para atraer a nuestra vida lo que deseamos.

En la “Tecnología de la Oración”, Gregg Braden descubre al estudiar los papiros del mar muerto que la forma perdida de la oración de los Escenios incluía no solo la parte del pensamiento a nuestra plegaría, sino incluía simultáneamente la emoción por lo que se pedía.

Neale Donal Walsh en Conversaciones con Dios I, recibe de Dios la clave de la creación: “pensamiento, palabra y acción”.

Un gran fundamento de “Un Curso de Milagros”, es…

… el perdón como una de los poderes más grandes que poseemos para liberarnos.

Esta breve recopilación con los puntos principales de algunos autores nos lleva a hacer conciencia que como seres de luz, manifestamos nuestra realidad con la generación de energía vibracional que atrae a nuestras vidas manifestaciones de personas, cosas y situaciones del mismo nivel energético. Y aún hay más: Funciona en automático de manera conciente ó inconciente respondiendo fielmente a nuestro poder de creación.

Tu vida HOY es lo que tú has creado.

Si al leer esto te da comezón o no te gusta, es que has estado en desarmonía entre lo que quieres y lo que has hecho. Pero hay una buena noticia, lo puedes modificar, y de eso se trata este capítulo, en hacer conciencia que tú has creado bloqueos que no te permiten manifestar en tu vida lo que deseas.

En este post analizaremos cómo tus experiencias del pasado que no liberas, bloquean tu presente.

La vida del ser humano, no es una gran línea recta, son ciclos que se abren y cierran en continua sucesión. ¿Qué sucede si hacemos “algo” para evitar que mantengan este flujo natural?. Sucedería algo como acelerar el motor de una lancha sin quitar la soga del muelle, por más que aceleremos no nos permitirá avanzar por seguir atados.

Lo mismo sucede en nuestra vida. Relaciones personales, laborales, negocios, actividades que iniciamos y que nos trae su vivencia un dolor que se nos graba en lo más profundo, nos hace “anclarnos” a la energía de ese suceso como si fuera la soga de la lancha atada al muelle.

Cerrar un ciclo es cortar nuestra energía que nos relaciona con esa experiencia, dejándola ir y permitiéndonos restablecer el flujo natural de vida atrayendo nuevos ciclos, eventos personas, actividades con una gran característica, al cerrar el ciclo es como aprobar un curso escolar, nos da la oportunidad de avanzar al siguiente nivel.

¿Se han dado cuenta que hay situaciones que se repiten cíclicamente, una y otra vez?, acaso no es un mensaje de la vida diciéndonos “¿no aprobaste el ciclo y tienes que repetirlo?” Sentimos que la vida no nos abre oportunidades, que hay otras personas con suerte y se pasa el tiempo y la vida sin lograr la anhelada vida que deseamos.

El funcionamiento energético de los ciclos.

En la apertura de un ciclo que de forma explicativa tomaremos como ejemplo una relación laboral, aunque el mecanismo es aplicable a una relación personal de amistad, afectiva, de pareja etc…

Al inicio de una relación laboral involucramos nuestra energía personal, emociones, pensamientos, conocimientos, expectativas, etc. A través del tiempo y lo que sucede en esta relación laboral, obtenemos satisfacción, gozo, sufrimiento, triunfo, frustración, que depende al final de esta vivencia la energía dominante por cómo termina esta experiencia.

Básicamente el resultado puede ser:

Positivo.

Nos sentimos bien, hay un balance psíquico-fisico-emocional positivo por lo aprendido, logrado y resultado material.

Negativo.

Hay dolor al final del ciclo porque nos sentimos lastimados por el resultado, no solo sensación de pérdida ó perdedor, sino que es común frustración, rencor y coraje. Hay sentimiento de víctima, empeora la situación cuando hay signos se sed de venganza ó revancha. No hay conciencia de aprendizaje sobre la experiencia.

Qué sucede con este final:

Positivo.

Sentimos el anhelo de crecer sobre lo aprendido, se amplia el horizonte, aumenta nuestra autoestima y capacidad de merecimiento, nuestra confianza y seguridad nos llevan a poner nuestro foco de atención en nuevas experiencias de otro nivel. Nuevas circunstancias, personalidades, valores retos nos llevan a un escalón más arriba.

Negativo.

Nos quedamos “anclados” a la emoción de la experiencia. Hablamos de ello continuamente, nos justificamos ante los demás de todo lo malo sucedido no fue causa nuestra, sufrimos “victimitis”, cansamos a los demás de hablar del tema una y otra vez sin que nos lo pidan (ni les importe). Se cierran las puertas de nuevas oportunidades. Buscamos nuevas experiencias que como coincidencias son similares a la que terminamos.

Esto es, si nos quejamos de un jefe prepotente, nos encontramos otro igual o peor.

Si nos quejamos de compañeros ventajosos, ahora con diferente nombre nos encontramos a los mismos personajes.

Extrañamente terminamos uno y otro y otro ciclo y se aparecen con las mismas características a aquél que guarda nuestra ancla emocional.

Y así en todo lo que vivimos en la vida.

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